Tras la recepción del compresor, se procede a su verificación. Se ejecuta de forma escalonada y en las siguientes fases:
Desmontaje del compresor pieza a pieza
Limpieza de todos los componentes con productos no agresivos o corrosivos, no contaminantes.
Verificación de todas las piezas susceptibles de reutilización, comprobando las tolerancias marcadas por el fabricante.
Confección de un presupuesto de reparación y de un informe que reúna las posibles causas de la avería.